En la actualidad, la volatilidad de los mercados hace que se produzcan cambios constantes que afectan a las empresas, tanto interna como externamente. Por dicha razón, las compañías deben prestar atención a su situación particular, con el fin de valorar si necesitan una reestructuración empresarial que les permita adaptarse a las condiciones necesarias.
En qué consiste la reestructuración empresarial
La reestructuración empresarial es un proceso que muchas empresas han tenido o tendrán que llevar a cabo, con el fin de adaptarse a los cambios que se dan constantemente en la sociedad y dentro de los mercados. Básicamente, consiste en cambiar o adaptar el modelo de negocio a uno mucho más competitivo.
Es importante plantearse si se necesita o no una reestructuración. En muchas situaciones, ya sea por cambios en el mercado o por una crisis interna, continuar actuando de la misma forma termina siendo muy perjudicial para la empresa, pudiendo llevar a su desaparición. Por ello, la reestructuración es un proceso que, probablemente, deba pasar en toda compañía.
Diferentes tipos de reestructuración
Cuando se lleva a cabo un proceso de este tipo, la empresa no debe apresurarse a realizar una transformación total, debiendo valorar con anterioridad las áreas y procesos en los que se tiene que producir el cambio. Hay diferentes tipos de reestructuración empresarial:
- Reestructuraciones financieras. Implica realizar cambios en todo lo relacionado con el área financiera, es decir, en lo que se destina económicamente a cada partida de gastos y en la distribución de los recursos.
- Reestructuraciones internas. Los cambios estarán centrados en los diferentes departamentos de la compañía, con el fin de que se trabaje de manera adecuada e integral, alcanzando una mayor productividad.
- Reestructuraciones tecnológicas. Están entradas en la incorporación de nuevos elementos tecnológicos para la compañía.
Causas de la necesidad de reestructuración en la empresa
Las empresas pueden ver la necesidad de realizar una reestructuración atendiendo tanto a aspectos internos (comunicación, confianza, rigidez para adaptarse a nuevos cambios…) como externos (economía, tecnología, legislación, sociología, competidores…). Algunas de las más comunes son las siguientes:
- La compañía está sufriendo pérdidas, o bien ganancias han bajado de manera significativa.
- Los empleados no están alcanzando los niveles de productividad necesarios y no cumplen con sus objetivos.
- Se incorporan nuevas empresas al mercado, las cuales suponen un incremento de la competencia.
- Hay cambios en los gustos de los consumidores.
- Hay una situación económica que afecta a los consumidores y, por ende, a las ventas de la compañía
- No se puede obtener o se vuelve complejo acceder a financiación.
Cuáles son las fases de la reestructuración empresarial
Las fases que componen una reestructuración empresarial se pueden agrupar de la siguiente manera:
- Diagnóstico. Se valora cuál es la situación en la que se encuentra la compañía y que se puede hacer para mejorarlo.
- Tratamiento. Se llevan a cabo las acciones necesarias para solucionar el problema.
- Recuperación y crecimiento. Si lo anterior se ha realizado de manera adecuada, en esta fase se podrá observar que la empresa ha mejorado su situación. Es en esta etapa donde se inicia el proceso de crecimiento, valorando la condición en la que se encuentra la compañía y controlando lo que se ha implantado.
Dados los cambios constantes que se están dando en los mercados actuales, es importante que cada negocio evalúe el momento en el que la reestructuración empresarial se convierte en necesaria. Dada su importancia, hay que tener en cuenta cuáles son las causas que pueden llevar a efectuarla, así como las fases que se tienen que llevar a cabo en este proceso.
En la siguiente entrada del blog te damos más información sobre cómo cerrar una empresa de forma adecuada
1 comentario en “Fases de una reestructuración empresarial y sus causas”
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