La Ley de Segunda Oportunidad es una gran herramienta, aunque conlleva un proceso que requiere cierta carga de trámites administrativos, y aunque con su aplicación no se salva el patrimonio actual, sí se protege el futuro. Además, en el caso de recurrir a la dación de pago, el deudor se libera de las deudas. Un resumen de estos beneficios:
-Para los deudores: ante una situación de incapacidad para hacer frente a pagos, la ley concede una oportunidad para poder retomar su futuro y librarse la rémora que suponen las deudas, refinanciando algunas, reduciendo otras deudas mediante quitas y cancelando otras. A su vez, podrán paralizar pagos, se detendrán los intereses de las deudas, se paralizan embargos y ejecuciones y existirá la posibilidad de alargar el plazo de devolución de deudas mediante Esperas de más de diez años, entre otros beneficios.
-Para los acreedores: la Ley les ofrece una garantía efectiva y real de cobro.