La estructura de una empresa debe estar cimentada sobre las bases de un administrador, en cuya figura se personalizan las ideas de planeación, organización, dirección y control como clave del éxito. Su figura, por su importancia, no suele estar sola, sino que se presenta acompañada, de forma que surgen otras como el administrador solidario.
Qué es un administrador solidario
Para entender la figura del administrador solidario, debemos ver los tipos de administración que pueden darse en la gestión de una sociedad, que según el número de personas puede ser:
- Por una sola persona: administrador único.
- Por dos o más personas: cada uno de ellos puede ser administrador mancomunado o solidario.
El administrador único es el que representa a la sociedad, formaliza sus actos jurídicos frente a otros en nombre de la empresa y asume todas las responsabilidades frente a la empresa misma y terceros. Sin embargo, cuando concurre un administrador solidario con otro:
- Hay más de una persona que desempeña esas funciones al mismo nivel.
- Cada uno toma sus propias decisiones sin necesidad de contar con el consentimiento del otro y es responsable por igual de los actos del otro, aunque no los haya hecho.
No ocurre esto en los casos del administrador mancomunado: en estos supuestos es necesario que todos los administradores se pongan de acuerdo para tomar las decisiones y, posteriormente, actúen según lo acordado. Cada uno será responsable de sus propios actos.
Quién puede ser administrador solidario
Cualquier persona puede ser nombrada administrador solidario: la ley no exige requisitos específicos, más allá de las incapacidades e inhabilitaciones para ejercer cualquier puesto de trabajo. El cargo se aprueba mediante junta, según la mayoría legal que los estatutos requieran. No es requisito fundamental ser socio de la empresa para ser administrador, aunque sí lo más lógico, por los conocimientos y habilidades que ya pueda tener con respecto a ella.
Funciones de un administrador solidario y sus responsabilidades
El administrador solidario, como otro administrador, representa a la sociedad y lleva a cabo aquellas gestiones necesarias destinadas a cumplir los fines sociales. Desarrolla estructuras jerárquicas que le ayuden a realizar la mejor gestión, delegando y organizando departamentos de su confianza. Entre las funciones de un administrador, único o solidario, podemos destacar:
- Planear los objetivos.
- Representar la empresa frente a terceros.
- Gestionar presupuestos.
- Servir de mediación para terceros y propios de la empresa.
El administrador solidario tiene responsabilidad de sus actos o de los actos realizados por el resto de los administradores solidarios. Algunos casos son los siguientes:
- Responsabilidad civil/mercantil: será responsable del incumplimiento de las normativas vigentes en cuanto a legislación mercantil y buenas prácticas empresariales.
- Responsabilidad tributaria: son responsables del impago del Impuesto de Sociedades.
- Responsabilidad laboral: cumplirá las exigencias respecto al Estatuto de los Trabajadores y actuará de forma legítima en el desempeño de sus actividades.
- Responsabilidad penal: es imputable de los delitos que cometa en el ámbito de delitos societarios, de los que cometan los demás administradores solidarios y también en los que pueda verse implicados (falseo de cuentas, estafa, blanqueo de capitales…).
La figura del administrador solidario es tan importante como responsable dentro de una empresa. Por eso es vital elegir a personas preparadas, con habilidades comunicativas, inteligentes y capaces. Y sobre todo, con una relación construida en, desde, por y para la confianza, para que las metas y los objetivos de nuestra empresa se conviertan en una realidad.
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